Silencio es la mejor palabra que caracteriza este lugar. Se trata de un pueblo pequeño, casi de juguete, donde nadie sabe cómo llegar, ni cómo salir; una especie de Comala dispuesta para muchos, pero conocida sólo por unos pocos a quienes una casualidad los llevó hasta allí.
Mi bisabuela nació en esta tierra, pero estuvo allí hasta su juventud, pues mi bisabuelo la raptó para que se fueran a vivir a una Bogotá que a principios de siglo XX ya prometía convertirse en ruidosa y congestionada. Sin embargo, esta nueva pareja mantuvo sus tierras en el pueblo y, hoy por hoy, éstas se han convertido en la herencia y el destino vacacional exótico para todos los que somos sus descendientes, amigos o visitantes curiosos ansiosos de destinos vírgenes.
Sora en lenguage chibcha quiere decir: "Adoradores del diablo" y aunque mis bisabuelos nunca mencionaron algo especialmente extraño, a excepción de un par de historias, podría asegurar que el lugar guarda una energía extraña que algunas veces encanta y otras sólo deja pensando.
Este pueblo se ubica en Boyacá, justo en la mitad de la carretera que conduce de Tunja a Villa de Leyva, la misma que es tan transitada por cientos de turistas cada diciembre para el día de las luces o en agosto, para el festival de cometas.
Sin embargo, pocos saben que con un desvío de diez minutos por esa misma carretera se encontrarán con un paisaje típico campesino: una iglesia que parece abrazar todo el pueblo con sus brazos adornados con fósiles encontrados en el mismo lugar, una plazoleta colorida y ordenada, y un buen número de casitas humildes y hermosas, todo bajo una energía especial que pareciera guardar un antiguo secreto.
Para completar el cuadro, montañas verdes y naranjas rodean el espacio, una quebrada silenciosa lo atraviesa y da vida a los kilómetros de tierra con sembrados de cebolla y arverja, y una que otra casita de adobe abandonada lo adorna y sirve de establo para las vacas que se dedican a producir una parte del sustento de toda una familia sorana.
Llegar a Sora es más sencillo de lo que parece. La mejor ruta es ir hasta Tunja y de ahí tomar la vía hacia Villa de Leyva, para luego desviar justo en la entrada hacia el municipio de Cucaita, el resto, es sólo seguir la señalización de la carretera recta por sólo diez minutos. Aquí el mapa para mayor claridad en la ubicación:
Boyacá en Colombia
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Sora en Boyacá
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jueves, 20 de marzo de 2008
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